sábado, 8 de diciembre de 2012

One Vision


   En estos tiempos nuestros, tiempos de crisis, tiempos de cambios, tiempos donde la incertidumbre se mezcla con la indignación, la rabia, la frustración y la desesperanza, muchos son los que claman a los cielos en busca de una respuesta a la pregunta que presiona hasta la asfixia a cualquiera que haya vislumbrado aunque sea un atisbo del "fregao" en el que la especie humana se haya inmersa: tenemos un problema (enorme, de múltiples facetas, complejo) y nos preguntamos "¿Qué podemos hacer?" Es ésta una pregunta a la que las fórmulas ya intentadas no responden; respuestas como un nuevo baño de sangre sería una dolorosa derrota, un atroz retroceso en el lento avance de la razón...

   Queremos una respuesta verdaderamente efectiva, es decir, que tenga un efecto real, patente, con proyección de futuro. Se busca una respuesta que signifique un cambio esencial y real, una auténtica evolución, y no un mero maquillaje, no un cambio en el decorado, no un parche. Se busca una respuesta para que algunas cosas sean de otra manera, no de la misma disfrazada. A lo que yo digo, por enésima vez, que la respuesta la hemos tenido siempre delante, desde que tenemos memoria; pues las cosas son como son son porque así las hacemos; y dejarán de ser así cuando las hagamos de otro modo. Así, el problema cambia su foco y pasa de la "cosa" a quien la realiza: es decir, nosotros. Y para que nosotros las hagamos de otra manera tenemos que entenderlas de otra manera. Y para entenderlas tenemos que tomarnos la molestia de ponernos a conocerlas, es decir, a saber. Y para saber, hay que ponerse a aprender... Y si seguimos tirando del hilo, acabaremos siempre donde siempre se acaba, no sin cierta desazón, en cualquier discusión o debate mínimamente racional que busca desesperadamente soluciones. En otras palabras, y yendo al grano, la respuesta está donde ha estado siempre: en la educación.

   Quisiera, pues, centrar en este asunto otra parte de las apariciones en esta palestra. La denuncia de injusticias, corrupciones y desmanes, los diagnósticos de la descomposición, de la decadencia están siendo sobradamente señalados y aireados, y así debe seguir siendo. Pero, un servidor, se siente en la necesidad de iniciar este camino –menos llamativo, catártico, sedante y visceral, tal vez, pero infinitamente más productivo, gratificante y sosegado–, aunque sólo sea a título personal. Y quisiera recorrerlo, a ser posible, con alegría, con buen ánimo y determinación.

   Dejo aquí, antes de nada, otros dos documentos audiovisuales, que se añaden a algunos que ya dejé aquí en su día (aquí uno, y otro aquí), y espero que ayuden a un previa reflexión, a ubicarnos de algún modo en el paisaje que propongo explorar. Ojo: insisto, que no los presento como solución ya del problema, sino más bien como aquel que mete un pie en el agua para tomarle la temperatura...


Programa "Singulars" - 05/12/2012 - Xavier Melgarejo: millorar l'educació per millorar la societat

The Finland Phenomenon - El Sistema Educativo Finlandés

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