Tengo que salir al exterior. Hace días que las gráficas de flujo en mis terminales repiten hipnóticos bucles de mensajes vacuos y redundantes que corren de una red a otra como pollos descabezados. Cientos de miles de individuos intercambiando su inquietud por quién será el que los exprima en las próximas elecciones. Irrelevante. Mirar a través de un caleidoscopio resulta más productivo...
El sol cae a plomo y apresuro el paso hasta el pequeño bar guarecido entre dos edificios. Las mesas y las sillas metálicas protegidas por los viejos toldos provocan la engañosa sensación de que la sombra te hace invisible. Antes de que mi culo se acomode, la camarera china se inclina sonriente ante mí. Responde por Lola, tengo entendido; apreciable sentido del humor. Pido agua muy fría. Extraigo del bolsillo lateral de mis bermudas un pequeño portátil. Desde un banco cercano un niño levanta la vista de su consola y sigue con la mirada mis gestos abriendo la tapa. Me evalúa durante un instante, parece conforme y vuelve a centrarse en su pantalla. Rastreo las señales de la zona por pura costumbre y asigno mi propio móvil como punto de conexión. Lola deja el agua y unos maliciosos cacahuetes salados encima de la mesa. Sobre sus ojos oblicuos se escapa un fugaz arqueo de cejas ante el solitario cursor blanco que parpadea en mi pequeña pantalla negra. Bebo un sorbo largo y la impresión al tragar el agua fría hace que el implante de mi oído izquierdo me tapone la audición por un momento. Antes de que pueda teclear nada, el cursor corre por su cuenta escribiendo la solicitud de permiso para establecer conexión cifrada. Canal TechnoMester. Accedo.
La conversación desaparece de la pantalla como si nunca hubiera existido. Envío los enlaces a los discos duros de mi cuarto, conecto con uno de nuestros servidores de descarga y bajo la imagen. Me acabo el agua. El alcohólico de turno se asoma a la puerta del bar, rostro enrojecido, ojos vidriosos. Mira más allá de la sombra, titubea ante la cortante línea del sol y regresa al interior. Echo un vistazo a la imagen y no puedo contener una sonrisa. Amplío y obtengo lo que me interesa. Rápidamente abro un navegador y en un par de minutos recibo notificación de la compra que acabo de realizar. Vuelvo a mirar la fotografía. Dieciocho añitos. Vuelvo a sonreír. Todo va bien. Me viene a la cabeza aquel proverbio del sabio que señala a la luna y el tonto que le mira el dedo. Apago y cierro el portátil. Lola emerge de nuevo, como si oyera mi pensamiento. Le pido una cerveza bien fría. Sonríe y asiente. Asiente y sonríe. En tres días laborables tendré el libro en casa. Qué listo, el chaval. A ver a qué saben esos cacahuetes...
TM_101: no estás en tu cueva, golfo! estás en la playa?
NM_077: sí, en las costas de Manchuria...
TM_101: XD
NM_077: XD
TM_101: el niño ya está fuera
NM_077: sí, vi lo de la campaña y algo he leído
TM_101: te mando una imagen de las que te gustan ;)
NM_077: ok, lo de noviembre sigue en pie?
TM_101: parece que sí, espera...
NM_077: ok
TM_101: toma, acaba de llegar, añádelo a lo tuyo ;) http://pastehtml.com/view/b2da7b0pp.rtxt
NM_077: ya estoy leyendo...
TM_101: ok, ya dirás
NM_077: actualizo en cuanto vuelva a la cueva
TM_101: vale, cierro, hablamos luego
NM_077: ok, ponte a la sombra... XD
TM_101: XD cu!
La conversación desaparece de la pantalla como si nunca hubiera existido. Envío los enlaces a los discos duros de mi cuarto, conecto con uno de nuestros servidores de descarga y bajo la imagen. Me acabo el agua. El alcohólico de turno se asoma a la puerta del bar, rostro enrojecido, ojos vidriosos. Mira más allá de la sombra, titubea ante la cortante línea del sol y regresa al interior. Echo un vistazo a la imagen y no puedo contener una sonrisa. Amplío y obtengo lo que me interesa. Rápidamente abro un navegador y en un par de minutos recibo notificación de la compra que acabo de realizar. Vuelvo a mirar la fotografía. Dieciocho añitos. Vuelvo a sonreír. Todo va bien. Me viene a la cabeza aquel proverbio del sabio que señala a la luna y el tonto que le mira el dedo. Apago y cierro el portátil. Lola emerge de nuevo, como si oyera mi pensamiento. Le pido una cerveza bien fría. Sonríe y asiente. Asiente y sonríe. En tres días laborables tendré el libro en casa. Qué listo, el chaval. A ver a qué saben esos cacahuetes...
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